En un intento de unir arte y vegetación, se distribuyen por el campus numerosas esculturas, como “Encuentro”, de Clemente Ochoa, que preside la explanada de la Biblioteca; “Esfera rota”, de Faustino Aizkorbe, que adorna la zona del Rectorado; “Partición del espacio por oposición de dos diedros”, con la que Jorge Oteiza homenajeó a su amigo Francisco Javier Sáenz de Oiza; y “Doctor Martín de Azpilicueta”, de Néstor Basterretxea.En la actualidad, el patrimonio artístico de la Universidad Pública de Navarra está constituido por más de un centenar de obras. El punto de partida de la creación de este patrimonio es un dibujo realizado por Rafael Alberti –una de sus populares palomas– durante una estancia del poeta en Pamplona, en abril de 1990, invitado por la Universidad a un ciclo de conferencias. Sin embargo, no será hasta 1993 cuando la institución dé muestras de su voluntad de propiedad artística. La mayoría de las obras se ubican en diversas dependencias, desde despachos y salas de reuniones hasta las esculturas instaladas en el campus, en la Sala de Lectura de la Biblioteca y en el edificio de Comedores