Contenido:En esta ruta hablaremos de espiritismo. De espiritismo pero también de ciencia, y sobre todo de la frontera entre ambas. En el siglo XIX, el límite entre lo que hoy en día llamamos psicología y lo que clasificamos como parapsicología no era claro. La frontera entre lo que podía ser considerado como científico y lo que no estaba siendo negociada y decidida. En esta negociación surgió la doctrina del espiritismo. Esta tenía la clara intención de entrar a formar parte de la ciencia, lo que se reforzaba cuando médicos y otros investigadores pretendieron estudiar científicamente los fenómenos espiritistas. El espiritismo fue un movimiento que surgió a mediados del siglo XIX cuando el intelectual y pedagogo francés Hippolyte Denizart Rivail juntó en una sola doctrina, que llamó espiritismo, el socialismo utópico, que creía en la posibilidad de llegar a crear una sociedad justa e igualitaria entre clases y sexos; la tradición moral y de caridad cristianas; las creencias orientales de la reencarnación que llegaban a Europa, y la creencia en la existencia de unos espíritus que jugaban un papel similar al de la alma, ya que tanto vivos como muertos los tenían, dejando el cuerpo en no más que una envoltura carnal. La creencia en los espíritus venía de los Estados Unidos de principios del siglo XIX, donde se había hecho muy popular y se había creado la figura del médium, la persona que se podía comunicar con estos estos entes. De Estados Unidos viajó hasta el viejo continente. En Francia, Rivail fue a una sesión donde le fue revelado que su nombre en una vida pasada era el de Allan Kardec. Con este seudónimo escribió una serie de libros que pusieron las bases a la doctrina espiritista y que alcanzaron una fama notable en Francia, desde donde, como veremos, pasaron a la convulsa Barcelona de finales del XIX.Más información:Andrea Graus (2014). La ciencia del médium. Las investigaciones psíquicas en España (1888-1931). Tesis doctoral, Universitat Autònoma de Barcelona.